Niveles de la Victimización (Primaria, Secundaria, Terciaria) , la Revictimización y la Victimización Carcelaria
Tipos de víctima y los
niveles de victimización
¿Qué tipo de victima
eres tú?
Partiendo de la filosofía
que todos somos propensos a ser victimas o victimarios en algún momento de
nuestras vidas; alguna vez te has cuestionado ¿Qué tipo de victima eres tú?
El ser humano posee la
habilidad de ser maestro de las apariencias y el engaño mostrarle al mundo una
careta, para evitar preguntas y comentarios que nadie pidió, dado que más fácil
fingir que brindar explicaciones.
La esencia del ser
humano es tan escaza y única en cada persona que no cualquiera puede llegar a
ella, y al ser algo tan preciado, de tanto valor se debe proteger a toda costa.
Para Mendelssohn existen 5 tipos de víctimas:
- Las completamente inocentes o ideales.
- La de culpabilidad menor o por ignorancia.
- La tan culpable como el infractor o voluntaria.
- La más culpable o únicamente culpable.
- Única culpable.
Ahora bien, partiendo
de esa clasificación con cual te identificas, cuantas veces permitimos que las
situaciones ocurran aun pudiendo evitar la tragedia, pero nuestra arrogancia impide
hacerlo, ese sentimiento de ignorancia que nos grita “eso no me va a pasar a mí”
aun teniendo en la balanza todas las posibilidades de que ocurra.
Es verdad que no siempre
tenemos el control absoluto de las situaciones y que los imprevistos abundan,
es más puedo asegurar que entre más se planeé las cosas peor salen y que en ocasiones
es mejor soltar y fluir con lo que traiga el día esto convierte la vida en una
legitima aventura y rompe con la estructura insípida que la sociedad ha creado
como obligatoria.
Para Von Heintig la clasificación
de la víctima es más sencilla solo existen dos categorías:
Las clases
generales: (Niños y jóvenes, las mujeres, los ancianos, los débiles y los enfermos
mentales y los inmigrantes o minorías)
Los tipos psicológicos: (Deprimidos, ambiciosos, lascivo,
solitario y acongojado, atormentador, bloqueado-excluido-agresivo.)
Aunque está clasificación
posteriormente fue criticada porque limita y reduce la esencia del ser humano y
encajona a todos en una misma categoría.
En ocasiones somos víctimas de nosotros mismos; cuando permitimos que nuestros estados de ánimo, problemas y adicciones tomen el control de nuestra vida y nos roben la paz y tranquilidad, perdemos la esencia gota tras gota y así se nos va la vida y con ello la alegría de vivirla al máximo.
¿Cómo luchar con algo
que no se quiere ver o peor aún con los fantasmas de nuestra mente?
Si para enfrentar el
problema primero se debe reconocer y luego buscar las soluciones
correspondientes. Es momento de hacer un análisis personal de todo aquello que nos hace daño y comenzar a soltar, no es fácil pero tampoco imposible y cuando
todos comencemos el cambio desde el interior se verá una mejoría en la sociedad
en general.
En el Manual de Victimología nos indica que existen 3
niveles de victimización.
Victimización primaria: se aprecia en las consecuencias perjudiciales producidas por el delito, sean de índole física, económica, psicológica o social.
Victimización secundaria: Se siente aún
más negativa que la primaria, porque es el
propio sistema, a quien se recurre solicitando justicia y ayuda, el que victimiza
añadiéndose a la derivada del delito, lo que origina que la víctima se sienta
frustrada en sus expectativas de justicia.
Victimización terciaria: Relacionado con la situación
de carencia de asistencia social al reencontrarse con sus grupos de relación y
organismos generales de ayuda públicas.
Podemos deducir lo siguiente;
el ser humano en algún momento de la vida ha sido víctima y participe en carne
propia de cada uno de los niveles de victimización, saliendo más fortalecido o
muriendo en el intento.
Como ya sabemos la victimización primaria puede ocurrir cuando
menos lo esperamos y generar un fuerte impacto en la persona que lo sufre; incluso
aislándola del mundo por temor a volver ser atacada; existen otros extremistas
que victimas del temor y los fantasmas que ellos mismos han creado y alimentado
a lo largo de su vida pasan sus años entre cuatro paredes evitando tener
contacto con el mundo, limitando sus capacidades e impidiéndoles vivir esta gran
aventura que llamamos vida aunque para disfrutarla se requiere de coraje y valentía
para tomar los riesgos de subir a la
montaña rusa.
Por otra parte, tenemos
la victimización secundaria que
desde otro concepto podemos ejemplificar cuando muchos niños, víctimas de abuso
sexual y maltrato infantil por
familiares y personas cercanas a ellos deciden romper el silencio, con valentía
y decirle a sus encargados el problema
que están viviendo y estos no le creen; si tu propia sangre te falla cuando más
los necesitas que se puede esperar del sistema penal que se rige por leyes que
muchas veces protegen solo el bien jurídico y se olvida del factor humano,
donde la corrupción y la avaricia dañaron
la esencia del abogado y juez que se prestan para injusticias y con ello se les
seca el corazón.
Ni que decir de la revictimización por la cual se debe
pasar en todos los procesos legales y posterior al suceso cuando los buitres de
los medios de comunicación exponen crudamente tu realidad, escarban entre las
entrañas de la victima con tal de tener algo para publicar y poder lucrar con
ello.
Las redes sociales también juegan un papel fundamental
en la actualidad y en el diario vivir de
las personas, mismas que publican absolutamente todo con tal de tener más seguidores
tanto así que cualquier cosa se vuelve viral en pocos minutos este portal
permite volverse verdugos e insensibles
con el dolor ajeno, porque no se conecta el cerebro con el dedo para comentar
ampliamente situaciones de las cuales no tenemos conociendo alguno pero bajo el
lema del “libre albedrío” y libertad de expresión jugamos de poderosos ante las
personas vulnerables y el minusválido.
No podemos olvidar aquellas épocas de escuela y
colegio donde en algún momento fuimos y sentimos como el “patito feo”, ese ser
indefenso expuesto ante la gran multitud y lejos de las faldas de mamá para que
nos defendiera a capa y espada de esta manada de lobos hambrientos que sin piedad
destrozan al más débil; y si efectivamente con esto hago referencia a la victimización terciaria cuando la sociedad
rechaza y margina a su misma especie por no cumplir con ciertos estándares de
calidad, como si fueran un producto manufacturado de una gran y reconocida
empresa, donde todos deben ser homogéneos y no cabe la posibilidad del margen
de error y lo diferente simplemente mejor
se extermina no valla hacer que tenga algo que acabe con la “raza pura”, aquellos que se creen de sangre
azul y se avergüenzan de su origen.
Un caso actual que está viviendo la población costarricense
es el tema de vacunación contra el covid-19 que obliga a sus habitantes a “inmunizarse”
y que si se niega a ello puede verse involucrado en procesos legales, además de
que pierde la mayoría de sus derechos incluyendo el libre tránsito, poniéndolo
desde otra perspectiva estamos presos dentro de nuestras mismas casas, el
panorama no se ve muy adelantador pero como buenos ticos aun guardamos la
esperanza, de que las cosas pronto cambiaran.
No debemos olvidar aquellos que por sus malas
decisiones están recluidos en los centros penales bajo un régimen obsoleto y
con aumento constante de hacinamiento donde sobrevivir es un verdadero reto dado
que la Victimización Carcelaria no
perdona y muchas veces proviene incluso de sus propios funcionarios que producto
de su monotonía en este ambiente de violencia y criminalidad perdieron su
esencia, dejando manchar sus manos por unos cuantos centavos más.
La corrupción no conoce de escrúpulos y siempre está al
asecho para seguir creciendo, volviéndose un completo cáncer para la sociedad
que débiles y con ojos ambición se dejan deslumbrar fácilmente por el brillo
del mineral.
Y es tanta su sed que olvidan sus bases ya no les
importa tener que matar, su corazón se lleno de maldad, se tornó frío y de piedra,
además. Es lamentable esta triste realidad que no solo pasa en Costa Rica, sino
a nivel mundial.
Ahora, luego de leer este pequeño blog te vuelvo a
preguntar ¿Qué tipo de victima te identifica más? O para ponernos sentimental ¿Cuántos
niveles de victimización has vivido ya, aun sin darte cuenta? Con esta entrada te
quiero hacer reflexionar no solo de manera en general sino desde una perspectiva
diferente con el corazón en primer lugar, pero sin olvidarnos de la razón.
Referencias
Márquez Cárdenas , A. (Enero-junio de 2011). La Victima como estudio. Prolegómenos- Derechos y Valores, XIV(27), 27-42. doi: ISSN 0121-182X
Manual
de vicitmología (s/f). Obtenido de https://aprende.uned.ac.cr/pluginfile.php/56113/mod_resource/content/1/Victimologia.pdf
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